Aldea de Ciruela
  Historia
 


Vista aérea de los restos del Castillo de Ciruela y la ermita de Santa Marína
(observa la manpostería de la parte superior para entender cómo se aprovecharon los restos del volcán para construir la torre del castillo. La ermita también quedaba dentro del recinto amurallado).






Ciruela en el Diccionario de Pascual Madoz (1845/1850)



Esta importante obra describe el poblado de Ciruela de la siguiente forma:








Puerta Ciruela (Siglo XIX)


Lanza, Martes,18 febrero de 1994
Retazos de Ia historia de Ciudad Real
La aldea de Ciruela comenzó a ser poblada en el año 1156

J.PANIZO/A. GARCÍA
Situada al noroeste de la antigua Villa Real, Ciruela es hoy un lugar olvidado, cuyas ruinas se asientan sobre una modesta altura dominando el valle del Jabalón.

Sin embargo sobre la aldea conocida actualmente por el nombre de Ciruela, perteneciente antes a Alarcos y posteriormente a Ciudad Real, existen antecedentes muy antiguos, ya que consta su donación para poblarla, en el año 1156, al caballero toledano —Armildo Meléndez, en la que se especifica su situación sobre el rio Jabalón, entre Calatrava y Caracuel. Su historia no fue otra que la del territorio que se asentaba tan sujeto a los vaivenes en que se ganaba o perdía a moros.

La perdida de Alarcos y Calatrava, arrastré tras de sí a toda La Mancha, enseñoreándose los  musulmanes y vencedores de villas y castillos hasta el triunfo de las Navas de Tolosa en el año 1212, en que, definitivamente, la presencia musulmana quedé ahuyentada.

Tomado por las armas

EI castillo de Ciruela al ser tomado por las armas cristianas en su paso hacia las Navas de Tolosa lo concedido el rey Alfonso VIII a los ricos hombres de Castilla, don. Gonzalo García de Fuente Armejil, en la provincia de Soria y a don Gutiérrez Gutiérrez, de Acebes del Paramo, León, los que en mayo y julio respectivamente del and 1233 otorgaron escritura de venta de "todo el castillo  nombrado Cihuruela, el vecindado con el castillo de Alarcos, con todo sesmo de sus tierras, y su aldea despoblada e poblada" al Arzobispado de Toledo. El Arzobispado hizo trasladar estas  escrituras de venta del arábigo al latín a Julian Martinez, vecino de Villa Real en nombre de su Concejo.

En 1347, Alfonso X el Sabio y en 1255 al otorgar sus importantes privilegios a la nueva villa decía, "... E do a esta villa sobre dicha, que aya por Aldea, é por término Zuheruela...", quedando unido desde aquella fecha a Ciudad Real. El rey Enrique I de Castilla, hijo y sucesor de Alfonso VIII en 7 de noviembre de 1214, en Burgos dona el Arzobispado de Toledo, los molinos que hay junto a Alarcos, una vida. y el castillo de Ciruela con veinte yugadas en la dicha aldea de Alarcos.

Antes dependiente de Alarcos y después de Ciudad Real

También corista, que doña María Armíldez hija del donatario, levanto la Aldea de Zueruela, y en 1228 vendió al Arzobispado la mitad del "…  castillo de Cueruela, llamado ahora Hinojosas..."  próximo a Alarcos. Estos documentos vienen a completar la historia de esta aldea antes  dependiente de Alarcos y posteriormente de Ciudad Real, cuyos nombres ha sufrido tantas transformaciones a lo largo de los años, para acabar con el actual Ciruela.

En 1780 aún se llamaba Ciheruela, siendo su población siempre escasa, sin exceder en ningún momento de veinte vecinos y en sus inmediaciones se hallaba arruinado su castillo, que estuvo edificado sobre unos peñascos muy grandes. A memos de un cuarto de legua pasa el rio Jabalón, el cual baña la Dehesa Boyal, que aunque pequeña producía muy buenos pastos; continúa Madoz en su narrativa, como debió ser este castillo antigua población, porque en su Iglesia se advertía una pila bautismal, siéndole anejos las casas de labor de La Puebla y Cantagallos, y en el sitio conocido por Santa Leocadia reducido a labor eran hallados restos de tejas y otros indicios de haber sido lugar habitados.

Su iglesia, bajo la advocación de Santa Marina perteneció al Arciprestazgo de Ciudad Real, anejo al prior de San Lorenzo del Escorial.

A finales del siglo XIX, contaba esta aldea con trece casas de labor y comprendía 3.400 a 4.000 fanegas de tierra, en la que se empleaban cuarenta y cinco pares de mulas. Estas propiedades se repartían entre la casa del Marqués de Treviño y en mayor o menor cuantía propietarios de  Miguelturra y Ciudad Real.

Una enorme roca es lo que queda del castillo

En la iglesia de Santa Marina se celebraba misa todos los días de precepto para los labradores, hasta el año 1931, en que se dejó de celebrar. El día 3 de mayo, fecha en la que tenía Iugar la romería, asistía un gran número de vecinos de Ciudad Real; Miguelturra y otros pueblos próximos a la misma. La ermita se fue deteriorando y su sillería y arco de acceso fue trasladado y utiIizado para la entrada de la sacristía de La iglesia parroquial de Miguelturra, lo mismo sucedió con el resto de edificios que eran utiIizados por los habitantes de Miguelturra para pasar largas temporadas en las faenas agrícolas, sólo y recientemente se han levantado alguna nueva edificación o ha condicionado antiguas casas de labor por descendientes de aquellas antiguas familias que poblaron la aldea. De su castillo sólo queda una enorme roca mutilada por el tiempo y la acción del hombre, la que presenta peldaños esculpidos sobre Ia misma y unos restos de la muralla como mudos testigos de la historia.

 

 
 
 
 
 
   
 
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